Esta es la historia de Abba, una dulce niña que quería una muñeca. Su madre no podía comprársela pero eso no fue un impedimento porque, gracias a su abuela y su ingenio, encontró otra manera de conseguirla. Decidió emprender y montar un puesto de zumo de naranja delante de su casa y se la compró ella misma con el sudor de su frente. Así aprendió una lección importante, no digas no puedo... mejor di, qué tengo que hacer para conseguirlo.